Mendigos del amor
Natalia S. Ravarotto

Mendigos del amor que no sentimos
vagabundos de senderos del olvido
equilibristas de canto y filo.
Buscamos la esperanza que no damos
encontramos soledad en lo amado
reclama la piel la caricia prometida
se derrama el alma en cada despedida
Marionetas pendientes de débiles hilos
incapaces de hondos suspiros
Entre lo furtivo y lo negado
se aferra el capricho por lo soñado
y justo en medio de la noche
se despierta el temor por lo perdido
En este mundo de incontinencia
quiera Dios darnos un respiro...


Déjame quererte
Sergio Puebla

Déjame quererte y no digas nada
Deja que mis labios hablen sin palabras
Robare tu sueño, calmaré tus ansias
Morderé tu sombra si la luz no apagas

Déjame quererte sin que importe nada
Deja que te adore, se mi enamorada
Véndeme tu piel,
pagaré con besos
Y si no te alcanza
mañana te marchas

Déjame quererte, no abras la ventana
Que la noche siga, que no llegue el alba
Tengo mil caricias
del ayer guardadas
Deja que te entregue lo mejor de mi alma.
Déjame quererte y no digas nada.

Quizás un día
Sergio Puebla

Quizás un día, tal vez mañana
vuelva a sentirte entre mis brazos
y apasionada, busques mis besos
y seas de nuevo mi enamorada.

Quizás un día, no importa cuando
vuelva a encontrarte por esas calles
de atardeceres con soles grises
de amores tristes y soledades.

Quizás un día sientas en tu alma
lo que en mi vida dejó tu olvido
la dulce pena de tu recuerdo
la amarga ausencia, tu amor perdido.

Quizás un día, tal vez hoy mismo
salga a buscarte por mil senderos
grite tu nombre a los cuatro vientos
surque los mares, cruce desiertos.

Quizás un día, pueda yo hallarte
Y sin palabras, con la mirada
pueda contarte que aun te amo
que sin tenerte mi vida es nada.